201409.25
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Accidentes de tráfico, novedades

Accidentes de tráfico. Soluciones para el lesionado.

Uno de los mayores gastos a los que deben hacer frente las compañías aseguradoras es el de indemnizar a los lesionados en accidentes de tráfico.

Por ello, es también importante el esfuerzo que hacen las aseguradoras por frenar el indudable porcentaje de intento de fraude en este sentido, persiguiendo a los que, o bien intentan incrementar el alcance de las lesiones o bien llegando incluso a “inventar” lo que se ha venido a llamar “hacerse un collarín”.

Este es ciertamente un problema para las aseguradoras, que debe ser perseguido por la Justicia. Pero lo cierto es que se ha convertido también en un problema para los verdaderos lesionados. Así las compañías han llegado a invertir el problema de tal forma que llegan a presumir que muchos lesionados son de por sí delincuentes, implicando que, como suele ocurrir cuando se generaliza, llegan a “pagar justos por pecadores”.

Basándose en la indudable superioridad existente entre el poder de una compañía aseguradora y un particular que sufre un accidente. Éstas llegan a poner todo tipo de trabas a la hora de favorecer un adecuado tratamiento de determinadas lesiones, así como la posibilidad de obtener una indemnización justa derivada de las mismas.

Compañías aseguradoras. Trabas en accidentes de tráfico.

  • En ocasiones son “juez y parte” en un tratamiento y en una valoración.
  • En el mejor de los casos, es la propia compañía culpable quien se encarga de procurar un tratamiento médico al lesionado, estableciendo el momento del alta y, la indemnización que entiende debe corresponder.
  • En el peor de los casos que sería desentenderse totalmente del lesionado, obligándolo, si es consciente de sus derechos, a procurarse su propio tratamiento, si tiene la posibilidad de hacerse cargo del mismo, para después reclamar la indemnización correspondiente.
  • Por otro lado, para el que es desconocedor de sus derechos, o simplemente no puede acceder a un tratamiento médico, sus lesiones terminan con los dolores consiguientes tras un informe de urgencias que se queda ahí.

Otra consecuencia de la superioridad de las compañías aseguradoras, es la necesidad que tiene el lesionado de acudir a los Tribunales. Para conseguir la indemnización que estima justa, cuando éstas se niegan a responder o bien ofrecen una cantidad a todas luces insuficiente por los daños sufridos. Además de los gastos e incomodidad que conlleva esta reclamación, el perjudicado tiene  la necesidad de abonar una tasa judicial  por ejercer su derecho a acudir a los Tribunales. Esta tasa puede alcanzar incluso un 10% de lo reclamado en primera instancia, llegando en ocasiones hasta un 30% si hablamos de un recurso.

El culmen de esta postura de las compañías aseguradoras es la “moda” de Colisiones a Baja Velocidad. Las compañías de seguros en los últimos años se han agarrado a la teoría de que, en alcances de baja intensidad es imposible que existan lesiones.

Esta teoría, basada en estudios supuestamente científicos (la mayoría de las veces pagados por las propias compañías de seguros). Hace mantener a las aseguradoras que, en golpes “baratos” no pueden darse fuerzas físicas que supongan una alteración en el cuerpo de los ocupantes de un vehículo que conlleve lesión alguna.

Accidente de tráfico

¿Qué conlleva esto?.

Pues que cuando las compañías  reciben un parte amistoso en el que un golpe es previsiblemente escaso, lo que hacen, en vez de enviar a sus servicios médicos a comprobar si los lesionados declarados están verdaderamente lesionados, los incluyen, como hemos hablado, en el grupo de los “fraudes.

Así, lo que hacen no es buscar un médico que compruebe las lesiones del perjudicado, sino un perito que haga una valoración de los daños del vehículo, de tal forma que, dependiendo de la compañía, el precio de la reparación supone la presunción de fraude.

  • En el mejor de los casos, envían una notificación al reclamante indicando que no existe relación entre el accidente y sus “supuestas” lesiones, por lo que el lesionado se queda en una absoluta indefensión frente al poder de la compañía. Con el consiguiente perjuicio para el débil (el asegurado) y el correspondiente ahorro-beneficio para el poderoso.

Afortunadamente, y a pesar de ésta desigualdad, y de los problemas que conlleva la interposición de un recurso de apelación (entre otras cosas, al menos 800.- € de tasas), en este asunto ya va existiendo una constante jurisprudencia (Como la recogida en las Sentencias de la Audiencia Provincial de  Cartagena, Sección 5ª, de 2 de Julio de 2013, de la Audiencia de las Palmas de 4 de Septiembre de 2012, de Granada, Sección 3ª de 15 de Noviembre de 2012, o de nuestra Audiencia Provincial de Asturias, reiterada de la Sección 7ª, por ejemplo la Sentencia de 27 de Septiembre de 2013, u otras como 24 de Abril y 14 de Diciembre de 2012, o 26 de Abril de 2013), que destierra la teoría de la que hablamos.
Toda esta corriente jurisprudencial coincide básicamente en la contraposición de dos posturas, y es que los informes periciales que suelen utilizar las compañías se basan en especulaciones genéricas, que no sirven cuando se habla de un supuesto concreto, supuesto que habrá de valorarse de acuerdo a las pruebas particulares del mismo.

Esta contraposición se da entre los informes “biomecánicos” realizados por un perito, que en el 99% de las ocasiones reconoce que carece de conocimientos médicos, y que, a pesar de ello, tras realizar una serie de cálculos basados la mayoría de las veces en los precios de reparación de los vehículos intervinientes en el accidente, se atreve a manifestar en un informe pericial físico que los ocupantes del vehículo en cuestión no pueden haber resultado lesionados.

Para hacer esta afirmación categórica, el perito ni conoce al lesionado, ni las lesiones que reclama. No atiende a diversos factores que son esenciales para determinar la existencia de unas lesiones:

  • Ante el mismo golpe no sufre las mismas lesiones quien conduce que quien va en el asiento del copiloto o el de detrás del conductor.
  • Quien pesa 50 Kg ó 92 Kg.
  • Quien va atento a la conducción o va durmiendo en el asiento posterior.

Como estas podríamos citar otra serie de condicionantes subjetivos, que impiden generalizar el posible alcance en la salud de un golpe más o menos fuerte producido en un accidente de tráfico. Ello, sin  desatender los factores relativos  al vehículo, que es preciso conocer a la hora de establecer el alcance de las lesiones.

  • No es igual un vehículo viejo que uno nuevo (con todos los avances en seguridad).
  • No es igual el efecto de un golpe por alcance que uno frontal, ó de esquina o uno lateral, etc.

Pues bien, como hemos dicho, lo que se debe tener en cuenta a la hora de establecer la relación de causalidad entre un accidente y unas lesiones son las pruebas concretas del caso. Para ello es básica la acreditación de los daños sufridos (bien por medio de un informe de urgencias, o de unos informes derivados de un tratamiento médico) , así como el hecho de que fueron causadas en el accidente.

¿Qué hacer después de un accidente de tráfico?.

Para poner fin a esta situación, lo deseable es que las compañías aseguradoras dejen de tratar a cualquier lesionado en un accidente de tráfico de escasos daños materiales como un presunto defraudador. Y efectivamente pusieran a trabajar a sus servicios médicos y no a sus servicios jurídicos, que sí deberían estar reservados para perseguir el verdadero fraude contra el que todos debemos luchar.

Hasta que esto ocurra, en Vallaure Abogados ponemos a disposición del lesionado, desde el primer momento, un equipo de profesionales médicos y jurídicos especialistas en el tratamiento y tramitación de las lesiones y la reclamación de la indemnización que deba corresponder. Aconsejando a quien sufra un accidente de tráfico que acuda siempre al hospital en las horas siguientes al accidente para que sea un médico el que valore la existencia o no de lesiones y de su alcance. Que solicite posteriormente cita con este despacho para evaluar la posibilidad de realizar un tratamiento y de conseguir una indemnización justa para el daño sufrido. De tal forma que la desigualdad entre el perjudicado y una aseguradora se vea minorada con la actuación de unos profesionales expertos en este área.

En Vallaure Abogados, con varios éxitos recientes en esta materia. Le ofrecemos la posibilidad de reducir la diferencia existente entre Ud. y una compañía de seguros. Buscamos soluciones para el mejor tratamiento médico que necesite, así como el pago de las tasas y el resto de inconvenientes de los que hablamos.

No dude en consultarnos sin compromiso.

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